Prende los carbones en la fragua
arden sus mejillas de tanto martillar.
El hierro se hace sudor cristal lágrima óxido
en el metal que doblega a puro golpe.
Al rojo vivo la inerte varilla es maleable
a su idea a sus redondeces y vértices,
mientras sus ojos mansos enrojecen al calor
de las estrellas que se expanden sobre la vigornia.
El hombre de manos cuadradas
mirando los cayos en la raíz de sus dedos
acaricia el hierro forjando flores de lis
soles nacientes, puntas de lanzas.
El herrero silba y canta una polka de su aldea
sosteniendo el metal que se entrega gentilmente.
El hombre silba y canta feliz porque trabaja
forjando el hierro forjando dignidad y sueños.
Marisa Zweifel Rousseau ( a mi padre )
Hermoso contraste entre la fuerza y la mansedumbre :)
ResponderEliminarSaludos!